En estos días, donde se ha puesto en debate la distribución de la riqueza en la Argentina y frente a los anuncios de construcción de 30 hospitales y 300 Centros de Salud, "desde nuestra Central resulta impostergable instalar, en el seno de la sociedad, la discusión de un nuevo modelo sanitario para todo el país".
La Mesa Nacional de Salud de la Central de Trabajadores de la Argentina, en el marco de la campaña "Volver a Carrillo", dio a conocer un documento que reza textualmente:
"Modelo sanitario que, entendemos, debe estar sustentado sobre una concepción integral de la salud, en el marco de un proceso histórico y dinámico, influenciado por la realidad política y social de cada momento.
Reducir la salud a un problema netamente médico o circunscripto al análisis de los servicios de atención, ha sido la intención del pensamiento hegemónico existente en la Argentina para sostener el redituable negocio de la enfermedad y evitar, entre otras cuestiones, poner en el tapete el grave deterioro de la calidad de vida de nuestro pueblo.
La pobreza e indigencia que aún subsisten en el país, el aumento de los niveles de desnutrición que marcan el presente y el futuro de nuestras generaciones, así como el aumento de la mortalidad infantil y materna, dan cuenta de una situación de inequidad que refleja cuanto camino queda por recorrer para que las condiciones de vida de nuestra gente se modifiquen.
Algunos indicadores como la concentración de la riqueza y la desigualdad, muestran la inequidad existente en las condiciones de vida. El 10% de la población mas rica tiene hoy un ingreso 29 veces mayor que el 10% de la población mas pobre, siendo que en el año 2001 era 22 veces mayor.
Los datos oficiales de la realidad económico social son elocuentes:
-Chaco tiene un 45% de pobreza y un 23% de indigencia.
-Santiago del Estero tiene un 23% de pobreza y un 14% de indigencia.
-Jujuy un 40% de pobreza y 13% de indigencia.
-Ciudades como Concordia un 34% de pobreza y un 12% de indigencia.
-Regiones como el Gran Buenos Aires un 25% de pobreza y un 10% de indigencia.
Creemos necesario la implementación de políticas públicas integrales que actúen transformando esta realidad y promuevan la inclusión social.
Cuando el modelo sanitario solo está pensado para responder a la enfermedad y no aborda la promoción y prevención, difícilmente podamos hablar de salud.
Carrillo sostenía que ”no hay pueblo sano sin justicia social” y es desde esta concepción que creemos imprescindible la generación de nuevos modelos productivos que pongan freno a la concentración económica en manos de unos pocos y a la depredación de nuestros recursos naturales, así como la implementación de políticas públicas integrales que avancen en una distribución equitativa de la riqueza.
Por eso “Volver a Carrillo” resulta una iniciativa que pretende recuperar los ejes de la concepción de Salud que puso en práctica quien fuera secretario de salud en 1946, convirtiéndose en el primer Ministro de Salud del país en 1949 y que sentó las bases para una política sanitaria cuya prioridad fue la salud colectiva. Introdujo entonces el concepto de la salud pública entendida como una obligación del Estado que involucra no solamente la salud individual, sino esencialmente la salud social, actuando en la prevención de la enfermedad, al asegurar la alimentación, el trabajo y condiciones dignas de vida.
Recuperar hoy sus principios rectores, significa, a nuestro entender, avanzar en:
· Ratificar a la Salud como Derecho social, cuyo cuidado es responsabilidad indelegable de los gobiernos.
· Avanzar en la discusión de un Sistema integrado de Salud, sobre la base de la equidad y solidaridad. Fortalecer y expandir el Sistema Público de Salud teniendo a la gratuidad, universalidad y equidad como consignas rectoras del modelo, superando el propósito de curación individual, apuntando a la curación social.
· Recuperar el rol protagónico del estado nacional, perdido definitivamente en la década del 90, como efector y ejecutor de una política nacional de salud. Consolidar una red público/estatal de servicios de todo el país que articule los distintos niveles de atención, actualmente desarticulados.
· Creemos necesario que, en este marco, los nuevos hospitales y Centros de Salud anunciados recientemente, deben ser incorporados al Ministerio de Salud de la Nación.
· Declarar la emergencia social y alimentaria así como la problemática materno infantil, ejes centrales para la formulación de las políticas públicas.
· Implementar una asignación familiar por hijos menores de 18 para todos los trabajadores con o sin trabajo que garanticen la alimentación diaria y la atención sanitaria.
· Creación de una ley de coparticipación federal para la financiación del sistema público de salud en la que la Nación se comprometa a aportar a las provincias como estimulo y ayuda para que cumplan con los fines específicos de la salud pública.
· Promover la protección de un medio ambiente saludable para elevar la calidad de vida de la población.
· Desarrollar una política nacional de medicamentos, sueros y vacunas, que haga base en el acceso al medicamento, uso racional, producción y provisión pública de los mismos con especial hincapié en los productos básicos y estratégicos.
· Implementar políticas activas en la prevención de la enfermedad, a través de equipos de salud interdisciplinarios, en los centros de salud, en los barrios, las escuelas, en los trabajos.
· Desarrollar una política de incorporación de trabajadores de la salud en función de las necesidades de la población para “que no exista en el país trabajadores de la salud sin enfermos ni enfermos sin trabajadores” (solo en la Pcia. de Bs. As. es necesario crear 4.000 nuevos cargos).
· Terminar con la precarización laboral pasando a planta permanente a la totalidad de becarios y otras formas de contratos en los Hospitales y Centros de Salud.
· Promover la dignificación de los trabajadores de la Salud, garantizando trabajo estable, salarios y medio ambiente saludable, promoviendo su capacitación en servicio. Avanzar en una carrera sanitaria para todos los trabajadores del país, cualquiera sea su dependencia (nacional, provincial o municipal).
· Formar profesionales de enfermería con niveles científico, técnico y humanístico de excelencia, que puedan ser responsables de brindar cuidados tanto a las personas sanas como a las enfermas, a lo largo de todo el ciclo vital, reconociendo a la salud como un derecho humano.
· Potenciar la planificación estratégica y participativa de trabajadores y usuarios en todos los niveles de gestión.
Por esto desde la CTA convocamos a todas las organizaciones del sector, pero especialmente a todas aquellas instituciones políticas, culturales y sociales cuya prioridad sea la salud colectiva y pública entendida como un derecho social. Los invitamos entonces, para que a la luz de los conceptos de Carrillo, construyamos un gran movimiento que aporte a la creación de una política nacional de Salud".
FUENTE: http://www.agenciacta.org.ar/
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