Danilo Sanchez Lihon inlecperu@gmail.com
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Jueves 11 de diciembre. 7 pm. Nuestros pueblos son el patrimonio.
INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA DEL PERÚ, INLEC, CAPULÍ, VALLEJO Y SU
TIERRA Y EDITORIAL SAN MARCOS
JUEVES 11 DE DICIEMBRE
NUESTROS
PUEBLOS SON
EL PATRIMONIO
PRESENTACIÓN
DE "TIERRA NATAL"
UN NUEVO LIBRO CAPULÍ
DE:
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL:
Armando ARTEAGA
Félix HUAMÁN CABRERA
Manuel Jesús ORBEGOZO
Oswaldo REYNOSO
Julio YOVERA
Saludo y bienvenida:
Aníbal PAREDES
Conducción:
Ramón NORIEGA TORERO
Jueves 11 de diciembre, 7.30 pm.
CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA
Plaza Washington. Natalio Sánchez 181
Santa Beatriz. Cdra. 6 Av. Arequipa. Lima
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia
LA CASA VACÍA
POBLADA
DE SOLLOZOS
Danilo Sánchez Lihón
1. Tan ardua la noche y sombrío el sol
Hay casas vacías pobladas de lloros y suspiros. Los momentos dichosos y los
instantes de pena moran en sus rincones estremecidos. Para siempre quedó
oculta en ella la vida. Y ni modo de pretender que siquiera podamos
adivinarla.
¡A qué llorar entonces! Por más que estén caídas las vigas y apolilladas las
ventanas quedaron para siempre tras sus muros arrimados los goces, las
aflicciones, las demoras y los apuros, los cálculos grandes o pequeños
acerca de este o el otro asunto de la vida.
Quedan los sueños sin realizar que aquí se tuvieron.
Por eso, es tan solemne el silencio que reina sobre estos despojos. Por eso,
es tan ardua la noche y sombrío el sol cuando sus estelas tienen que cruzar
necesariamente por estos sitios y parajes; porque noche y sol trastabillan y
se pasman en la niebla y en los huecos aparentemente insensibles que han
quedado horadando la esencia de una casa.
2. Al despedir a los hijos que se van
Por eso, es tan densa su sombra e impenetrable su olvido.
Por eso, pasearse por casa vacía es sustraerse a la vida, es entrar a otro
mundo donde todo resuena como una pared que escondiera otra pared, o un
suelo que ocultara otro suelo más abajo o más al fondo de éste que nos
sostiene.
Porque todo, en una casa vacía, quedó registrado en algún sitio en la
memoria del aire que lo habita: el suspiro de la adolescente, la carta de
amor que a hurtadillas se escribiera, o el miedo atroz a la muerte.
Aquí están latentes y escondidos los balbuceos del niño en su predisposición
por hablar, quien niño hace tiempo dejó de serlo pero que subsiste
convertido en hombre decrepito. Aquí los gemidos de la mujer al volverse
madre y otros de llanto inconsolable al despedir a los hijos que se van y
otros al hacerse viuda o escuchar desde su ataúd los gritos desgarrados de
los deudos cuando el cortejo lo conduce al panteón de la aldea.
3. Lo que aparenta ser olvido
salga nuevamente a flote
En una casa vacía todo o nada se ha perdido. Todo o nada sucumbió. Todo o
nada se hizo humo. O todo o nada permanece vibrante, pero en otra dimensión
que se siente cuando uno camina y voltea a mirar cada cosa que encierra un
historial oculto, difícil de descifrar.
Así, un lavatorio, que acumula en su borde, y como una minúscula avecilla,
el rostro de alegría de salir a una fiesta en la persona que se inclinó para
mojarse la cara. O el pesar de ir a visitar a un enfermo en agonía, o el
regocijo con que se recibe a un ser querido en la estación del bus. Todo
quedó registrado en la casa vacía.
Nada en realidad se esfuma o se pierde.
En esta sala tiemblan silencios y palabras. En estos muros en ruinas ha
quedado estampada la vida. Cada brizna y casa reflejo de algo que encierra
mucho, aunque su apariencia sea de nada y de vacío.
Hasta el día del Juicio Final en que todo lo que aparenta ser olvido salga
nuevamente a flote.
ACTA Y CONSIGNA
MANIFIESTO
EL TESORO
QUE ENCIERRAN
NUESTROS PUEBLOS
Danilo Sánchez Lihón
1. Razón de ser frente al mundo
Los pueblos son nuestro patrimonio y constituyen nuestra identidad más
preciada. Deben ser por eso inalienables. Defender su fisonomía propia,
original y genuina, es defender su esencia, su entraña y su alma, sin lo
cual no somos nada.
No se puede por tanto derrumbar en ellos una teja sino salvarla, sustraer un
azulejo sino hacer que luzca, deshacer el mandoble de un balaustre sino
sujetarse más de él; ni siquiera una piedra puede ser menoscabada; menos
desgajado un balcón o una ventana. ¡Son presencias sagradas!
Debemos conservar de ellos su estirpe de pueblos nobles, de prestancia sin
par y de raigambre que se hunde en el tiempo. No eliminemos ni el tiempo ni
la historia de ellos porque son blasones. ¡Esa es la consigna!. No
convirtamos los pueblos andinos en barriadas costeñas, ni en la peor
expresión de un suburbio norteamericano, imitando construcciones foráneas.
Ni en tugurios desalmados.
¡Seamos sensatos! Nuestra identidad es el mejor producto que hará que seamos
dignos, podamos prosperar y alcanzar a tener razón de ser en el universo.
2. Sin derrumbar una sola ojiva
de un balaustre
El Perú es un país único y significativo por su identidad. No estropeemos lo
mejor que somos y tenemos.
Nuestros pueblos del interior del país son conmovedoramente hermosos.
Son el legado silencioso de nuestros antepasados que aún nos protegen y
redimen.
Y lo que es un legado se valora, se conserva y se defiende hasta con la
vida.
Tampoco se trata de mimetizarse en el pasado, ni de inmovilizarse en una
arcadia, ni de permanecer inertes.
Al contrario, hay que mejorar que es el mejor cambio. Hacer que todo luzca
mejor, pero sin alterar la esencia y la raíz primigenia que nos da sentido
frente al mundo.
3. En sus aleros permanecen
tangibles los sueños
Nuestros pueblos encierran un tesoro. ¿Cuál es? ¡Ser únicos! ¡Ser
diferentes! Ser originales. ¡Y tener alma! ¡No la matemos deformándola!
Los tejados, las puertas, los artesonados no pueden ni deben ser derruidos,
reemplazándolos por ladrillos, fierros, latas y vidrios.
Los nuestros son pueblos testimonios, documentos del espíritu, verdaderos
prodigios; no los hagamos tugurios.
En sus aleros permanecen tangibles los sueños y moran en sus cumbreras los
ángeles. Todo en ellos es ilusión, maravilla y éxtasis. No los convirtamos
en cubiles.
Adoptando lo que no somos nos convertimos en indigentes y míseros. Imitando
lo de afuera nos volvemos parias. Afirmando lo nuestro y afianzándolo
seremos siempre dueños, soberanos y monarcas.
4. Amar con amor seguro y confiado
Deploremos esos edificios que parecen cubos superpuestos y barriles de
aceite.
Deploremos esas rejas en las ventanas que parecen de cárceles.
Deploremos que en vez de las puertas de madera se estén poniendo rollos de
calamina que han convertido las casas en tabucos y las casonas en
ferreterías en donde nos convertimos en chatarra.
Deploremos la dejadez de permitir que las calles se muestren de cualquier
modo.
De pensar que la apariencia de una esquina no es importante cuando en ellas
ocurren las citas del amor sublime y las serenatas, que no influye, que
nadie lo valora ni aprecia.
Si no tuviéramos identidad tendríamos que emprender una búsqueda apasionada
y fervorosa por avizorarla. Pero la tenemos y se nos derrama a manos llenas.
No la destruyamos.
Amemos el paisaje de nuestros pueblos primigenios con amor seguro y
confiado.
5. El paraíso estalla
entre unas piedras
Levantémonos en pie de lucha en la defensa de la autenticidad de nuestros
pueblos. Movilicemos a las instituciones educativas contra el sida de las
construcciones espurias.
Veneremos nuestros tejados, los balcones, los patios empedrados.
Las puertas, las escaleras de las casas, los antepechos que dan al cielo
límpido o anubarrado.
A todo el paraíso que estalla en las junturas de unas piedras, cuando entre
ellas brotan las flores.
Una ventana cerrada hace décadas pendiente de un muro es un espíritu
guardián, una hada, una divinidad.
Conservemos el patrimonio de danzas, canciones, costumbres; las procesiones,
las alfombras de flores; los libros y las leyendas.
6. Vivir una cultura diferente
Incluso, ganaremos más asumiendo nuestra imagen auténtica.
Porque, ¿qué atrae a las personas para que se queden a vivir más días en un
pueblo? ¿Qué las hace regresar y recomendar a otras personas para que lo
visiten? El bienestar que se goce y el conocer una cultura diferente.
Porque ahora la ciudades son productos para ser adquiridos anímicamente.
Y se compite en esa dirección con otros pueblos. Hay una pugna entre villas
y aldeas para hacer que se la visiten.
Y la competencia es con todas las ciudades del mundo. Tenemos entonces que
ofrecer nuestros mejores atractivos y recursos: en caminos, en atenciones,
en actitudes, en espectáculos.
7. Ni descanso a nuestro brazo
ni reposo a nuestra alma
Somos herederos de una gran cultura. Que nuestros pueblos sean ejemplo y
paradigma de identidad.
Que propicien el encuentro del ser humano consigo mismo. El encuentro del
hombre con los demás y de manera solidaria. El encuentro del hombre con la
naturaleza y con su trascendencia.
¡Seamos sensatos haciendo que todo nazca y se inspire desde el interior de
nosotros mismos, desde el fondo y desde la entraña de lo que somos!
Lo que marca la calidad y trascendencia es la autenticidad y la fuerza de
nuestras utopías.
¡Defendamos la identidad de nuestros pueblos, sin dejar descanso a nuestro
brazo ni reposo a nuestra alma!
Texto que puede ser reproducido
citando al autor y a la fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
Revisar otros textos en el blog:
www.danilosanchezlihon.blogspot.com
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